Thursday, December 14, 2006

“Las fuerzas de orden actuaron como si fuesen de cartón piedra”


María José Ramudo, la periodista española agredida por pinochetistas


La profesional de Televisión Española (TVE) salió sin un rasguño de la agresión sufrida la madrugada de ayer mientras despachaba en Escuela Militar. A su país se lleva los sentimientos de odio y desesperación de los deudos del dictador.



Rodrigo Quiroz
La Nación


No hay contraargumentos. Alguien pensó que la agredieron por que dijo “dictador” en su despacho, pero nunca esa palabra salió de su boca. María José Ramudo fue insultada y agredida la madrugada de ayer frente a la Escuela Militar, mientras despachaba para Televisión Española (TVE).

“Es anómalo que un periodista dé una entrevista. Cuando eso ocurre es que las cosas no van bien. Se produce porque ha habido un problema en el ejercicio de la profesión, en la libertad de informar y ser informado”, dice.

Pero pasar de cachamales y botellazos esquivados (los periodistas de TVN Mónica Pérez e Iván Núñez estuvieron practicando este arte el fin de semana) a una agresión más fuerte, era sólo cuestión de tiempo. Y la imagen de un individuo arrebatándole el micrófono para iniciar sus propias transmisiones: “españoles, hijos de puta, españoles culiaos (...)váyanse a la mierda”, mientras la multitud gritaba “que se vayan los huevones”, es una de las postales deleznables que dejarán estos días extraños.

Bastantes horas después de sentir el “calor” del pueblo pinochetista, Ramudo sigue haciendo su trabajo. Son las 17 horas del martes y su pelo rojizo brilla bajo el sol. Es pequeña y menuda, pero sus huesos se adivinan firme bajo la carne y las ropas. Cerca de 5 minutos se demora en informar a los españoles. Ahora no hay masa vociferante, apenas unos pelados de negro que le piden “credencial” al reportero gráfico de este diario y la “rucia ultrapinochetista” que agredió a Cheyre y destruyó una oficina, descansa junto a dos abuelas, revisando la prensa.

ODIO Y DESESPERACIÓN


-Mientras hacías tu despacho de la tarde un muchacho te miraba con odio, tenía junto a su corazón una chapita de Pinochet y no más de 18 años...

- Hay odio y desesperación. Ellos tienen su universo, sus creencias y entienden cualquier disidencia como un signo de agresión, cuando no es así, pero es un problema de enfoque de ellos. Sus insultos no me molestan en lo más mínimo.

Sólo en Bolivia le había pasado algo parecido. Ahí le habían sacado en cara su nacionalidad por los 500 años de conquista. Pero no pasó de los gritos.Lo que más llama la atención de Ramudo no es la actitud del pinochetismo si no la “pasividad de Carabineros”.“Estos incidentes se producen en todas partes, pero si ocurren a la vista de unas fuerzas del orden que actúan como cartón piedra, como si fueran parte del decorado, es algo que no crees. No hubiéramos transmitido si hubiésemos sabido que Carabineros no iba actuar”, dice apurada por sus compañeros de equipo.

Mientras los periodistas guardan sus equipos, desde un bus que pasa por Américo Vespucio gritan “españoles culiaos”. Los hispanos no se inmutan. La única que reacciona es la “rucia ultrapinochetista” que interrumpe la lectura del diario para levantar su mano derecha enyesada. A su lado un vieja desdentada guarda su póster de Pinochet en una bolsa blanca. Ayer Carabineros informó que su institución actuó como corresponde. LN

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